La remodelación de Acera de la Marina destruirá el último vestigio de arquitectura marítima

La vivienda afectada se sitúa en la confluencia entre Acera de la Marina y José Vera

La vivienda afectada se sitúa en la confluencia entre Acera de la Marina y José Vera

La Asociación para la Defensa del Patrimonio pide al Ayuntamiento que dé marcha atrás y prepara una solicitud para que la Junta decrete la protección del enclave

Los últimos restos de los antiguos almacenes del puerto de Marbella están en peligro, según denuncia la Asociación para la Defensa del Patrimonio Cilniana. El proyecto municipal para mejorar los accesos al Puerto Deportivo amenaza la supervivencia del conjunto, testigo de la intensa actividad marítima de antaño y reducto de la época preindustrial de la ciudad. Las fuentes documentales hablan de las transacciones económicas realizadas en esta zona desde el siglo XVI, y si bien hoy día ya se han perdido importantes edificios víctimas de la barbaria urbanística del GIL, el colectivo solicitó ayer al Ayuntamiento, a través de un escrito presentado por registro de entrada, que lo que queda en pie sea salvaguardado.

La iniciativa para peatonalizar la Acera de la Marina, que superó en noviembre el visto bueno de la Junta de Gobierno Local, exige, tal y como publicó este periódico, la expropiación y demolición de una casa que se alza justo en la esquina, en la confluencia con la calle José Vera. No son cuatro paredes cualquiera, según subraya a SUR la presidenta de Cilniana, Lina Urbaneja. Forman parte de los edificios que aún se conservan de los almacenes de la Marina de Marbella, que tuvieron uso industrial desde el siglo XVII y como vivienda a partir del XIX.
«No queremos que lo último que nos queda de la actividad marítima de Marbella lo echen abajo para hacer una calle», reivindica la historiadora, quien sostiene que el derribo afectaría a todo el conjunto, «que quedaría mutilado».
Un grupo cohesionado
La vivienda amenazada se integra en un grupo más amplio de otras dos, que en un origen formaban una sola estructura como delata el hecho de que compartan el mismo tejado. La asociación que más ha luchado por frenar la desintegración del patrimonio de Marbella no solo teme que la demolición de la vivienda de la esquina suponga una mutilación sino que ponga en riesgo al resto, ya que las divisiones interiores se articulan en función de finos tabiques.
Ante este panorama, Cilniana va a presentar batalla contra la decisión del Consistorio. Primero, porque supone un valioso ejemplo de arquitectura vernácula vinculada a la actividad marinera, tan escasa ya en Marbella y segundo, por la fuerza patrimonial que tiene la vivienda que se sitúa en el centro. En ésta última, la asociación ha encontrado una arquería «similar» a la del Cortijo Miraflores, hecha de ladrillo, y un pozo de agua dulce recrecido para abastecer a la vieja fábrica de hielo que se encuentra en este enclave, y que ya aparece en documentación de los siglos XVII y XVIII. Asimismo, Urbaneja afirma que existen otras referencias de 1573 en las que queda patente cómo el Ayuntamiento tenía arrendado los almacenes de la Marina, lo que refrenda su uso continuado en el tiempo.
El escrito presentado por Cilniana, al que ha tenido acceso este periódico, fue entregado ayer por triplicado en el registro de entrada del Ayuntamiento con destino tanto a la Alcaldía, como a las concejalías de Cultura y Urbanismo. «A fin de evitar un nuevo atentado patrimonial», dicho documento solicita que «se anulen las actuaciones de expropiación y derribo de las casas que conformaron parte de los antiguos almacenes de la marina» y que se trace un plan de rehabilitación que permita «resaltar la particularidad» de estos edificios preindustriales. Por último, el escrito pide una «reflexión» sobre el patrimonio de Marbella, «escasamente valorado y tenido en cuenta». El texto denuncia que «su debilidad ante la presión especuladora es más que evidente pues, a la luz de los acontecimientos, se va a proceder en la misma línea que ya hizo el tan lamentable equipo de gobierno del GIL».
Declaración BIC
El escrito recuerda, asimismo, que la Ley de Patrimonio Andaluz obliga a las autoridades «a velar por el patrimonio del pueblo» y lamenta que el Consistorio hiciera caso omiso a las alegaciones formuladas en su día al Plan General por Cilniana para que se protegieran dichos edificios.
Cilniana no quiere cabos sueltos, por eso juega a dos barajas. La asociación trabaja en la redacción de un informe para que la Junta de Andalucía incoe el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para las tres casas.
El propietario de la vivienda no ha recibido aún ninguna notificación de expropiación por parte del Consistorio, administración que el mes pasado le concedió una licencia de obras para acondicionar el local y abrir un bar, tal como ha podido conocer este periódico.
Fuente:Diario Sur